sábado, mayo 26, 2012


Discurso de Javier Fernández en su toma de posesión como Presidente del Principado de Asturias.
Oviedo, 26 de mayo de 2012

Excelentísima Señora Ministra
Excelentísimo Señor Presidente del Principado
Excelentísimo Señor Presidente de la Junta General del Principado
Excelentísimas e ilustrísimas Autoridades:

Señoras y Señores:

La admirable y monumental obra de Alexander von Humboldt, en su aspiración por describir y catalogar el mundo conocido, dejó sin anotar una notable distinción entre quienes poblamos el ecosistema político: los fotofóbicos y los fotofílicos. Confieso abiertamente que estoy entre los primeros, y que prefiero el trabajo discreto al exhibicionismo, la labor callada y constante a la trompetería que acompaña a los tenores, uno de los subtipos políticos que bien diferenció Ortega. Ocurre, no obstante, que siempre hay excepciones, y que este ritual, la ceremonia  que hoy nos congrega, me enorgullece tanto como me sobrepasa emotivamente. La falsa modestia, ya saben, es un pecado de vanidad. Por tanto, mal educado estaría si no comenzara por darles las gracias a todos ustedes. Gracias, señoras y señores, por acompañarme.

Quienes sufrimos de ese reparo a los focos procuramos, aun con más empeño, salvaguardar a quienes nos rodean: intentamos  (a menudo, vanamente) acorazarles, evitarles que les etiqueten por su relación con nosotros. Hasta que llegan liturgias como ésta, en la que uno siente el imperativo moral de darles públicamente las gracias. Gracias a los compañeros que alientan siempre, a los amigos que nunca cejan, a la familia a la que prometes continuamente ese horizonte de dedicación que jamás alcanzas; a todos vosotros, que sabéis bien quiénes sois y no necesitáis que os nombre, gracias.

Nadie, por impresionantes que sean sus arquitecturas personales (que no es el caso, obviamente), tiene el mérito exclusivo de sus logros. Reconozco hoy, aquí y ahora, ante todos ustedes, que seré deudor toda mi vida de las mujeres y hombres de mi familia (de mis padres, en especial), de todos quienes fueron y son los ejemplos vitales de honradez, firmeza, convicción, lucha y generosidad. A todos ellos, que abrieron mis ojos, entonces juveniles, a los ideales de la fraternidad, la libertad y la justicia social, gracias también.

Quienes me antecedieron merecen, al igual, mi agradecimiento. Señor presidente del Principado, don Francisco Álvarez-Cascos, gracias. Ni olvido ni quiero olvidar que la Asturias de hoy acumula las aportaciones de Rafael Fernández, de Pedro de Silva, de Juan Luis Rodríguez-Vigil, de Antonio Trevín, de Sergio Marqués, de Vicente Álvarez Areces y de Francisco Álvarez-Cascos. El ejercicio de la amnesia colectiva funciona igual que los espejos  deformantes del callejón del Gato, y a mí no me interesa celebrar una realidad cóncava ni convexa, sino observar y actuar sobre la realidad misma. No hago una concesión a la galería si agradezco la labor de mis antecesores y les ofrezco y pido colaboración. Cuento con todos. De mi parte, les garantizo dedicación, entrega, trabajo y decencia. 

Con rumbo claro.

No pretendo, pues, anunciar un tiempo nuevo. Hace años que Camus nos advirtió de que las utopías deberían ser modestas. No aspiro a una Asturias perfecta sea cual sea la que imaginen, aspiro a mejorar la que existe.
Ese es justamente el motor de mi acción política y será también la vocación de mi gobierno, porque Asturias puede y debe estar mejor.

La recesión económica semeja una plaga enorme y devastadora, la maldición bíblica de las langostas que arrasaron los campos hasta agostarlos en desiertos. Pero ni lo que nos golpea es un castigo inclemente de la naturaleza, ni los mercados son fuerzas impersonales y anónimas a las que debemos ofrecer sacrificios rituales con la cándida ilusión de aplacarlos. 

El origen de la crisis que padecemos está en la inexistencia de un contrapeso político frente a un sistema financiero confiado en su propia exactitud. Está en el hecho mismo de presentar como científicas decisiones transferidas a los expertos en detrimento de los gobernantes.

Cierto que la política hoy no es practicable sin el recurso al saber experto. Por eso, la política comienza cuando los expertos han dado su opinión y sigue sin saberse lo que hay que hacer.

Por eso, porque creo en la política, pienso que es posible pelear contra la injusticia, por eso creo que existen otros discursos que acierten a interpretar esta época y este momento vertiginoso para España y para Asturias.

Perdida en el País de las Maravillas, Alicia le pregunta al gato de Cheshire:

-“Señor Gato, ¿podría decirme qué dirección debo tomar?
-Depende de adonde quieras ir”.
Y Alicia responde:
-“No me importa adónde, lo que quiero es llegar a algún sitio”.

A diferencia de la niña perdida en el País de las Maravillas, no quiero llegar “a algún sitio”, bracear para salir como sea y a costa de lo que sea. No voy a reiterarles mi discurso de investidura, pero quiero llegar a una Asturias mejor. Una Asturias que ascienda por la escalera del progreso, que tiene por primer peldaño la lucha contra el desempleo.
La cumbre, señoras y señores, está elegida; el rumbo, claro; el Norte, indicado; la dirección, precisa. Lo que hay, es bueno decirlo, son muchas dificultades en el camino, y para superarlas les pido su ayuda, sin más recompensa posible que la satisfacción de haber contribuido al progreso de Asturias. 

A usted también, señora ministra… Le pido aquí, públicamente, la colaboración del Gobierno de España, en la misma medida que, sin reticencia alguna, le ofrezco la colaboración y lealtad institucional del Gobierno de Asturias.
Señoras y señores, las circunstancias obligan, ciertamente, a elegir, y por desgracia, a elegir entre opciones desagradables, porque poco mérito tiene decidir entre lo bueno y lo malo. 

Aquí, en esta Cámara tan pródiga, y con tanta razón, en las citas de Jovellanos, pienso ahora en el hombre enfermo preso en Bellver, encarcelado allí por sus ideas de regeneración ilustrada, y lo pienso escindido viendo pasar los barcos, como lo imaginó Luis García Montero. Unos van hacia la España inquisitorial y atrasada, hacia el pasado sin futuro. Otros navegan hacia la Francia de las Luces, allí donde los sueños del prisionero, los sueños de la razón, se convirtieron en guillotina, despotismo y terror. Tuvo que elegir y eligió, eligió la única bandera posible, la bandera de su patria, aunque él mismo llevara una guerra civil en su interior. 

No hay, lo saben, español más orgulloso de su patria que un asturiano. A propósito de ese sentimiento escribieron Ortega, Salvador de Madariaga, Valentín Andrés y tantos otros. Han cambiado los tiempos, han cambiado los hombres, las mujeres y los hechos, pero el sentimiento persiste y yo me identifico con él.

Lo hago en una España distinta, en un Estado en el que se da un hecho político esencial: la autonomía, que ha determinado en todos los territorios una dinámica de gestión de la proximidad que la configura como uno de los espacios primordiales de la competición política. Unos mercados electorales abiertos cuya dureza se incrementa a medida que disminuye la fidelidad de los electorados ideológicos y en los que hay que estar muy pendiente de los titulares del sufragio.

Por eso, y más allá de las indiscutibles duplicidades e ineficiencias, quiero hoy resaltar aquí que el Estado Autonómico es un indiscutible triunfo histórico que nadie debería siquiera pretender impugnar. Y lo digo desde una Comunidad en la que las identidades española y asturiana no se restan, se suman. Para nosotros, para los asturianos, lo que nos falte por recorrer en el camino federal queremos que se avance en la dirección de más multilateralidad, más colaboración y más lealtad.

En este camino, señora ministra, usted tiene una acogida plena. Dije en mi discurso de investidura que ofrecía y pedía cooperación leal, y aprovecho su presencia para reiterarlo, porque no creo en la política predatoria, en la que busca la aniquilación del adversario -tampoco en la política arremangada del desparpajo y la simpleza-, sino en la que practica el diálogo y, cuando es posible, el entendimiento. Mi gobierno no sacrificará el interés de los asturianos al enfrentamiento inútil. Mi Ejecutivo, repito, no será ariete ni punta de lanza de nada, excepto del interés de Asturias. Comprenderá, señora ministra, que entre la insumisión y la entrega hay suficiente espacio para que se manifieste el acuerdo, la discrepancia y hasta la rebeldía razonable, pero siempre con la premisa de que la cooperación es el mejor camino. Y en esa voluntad cooperante, con la mejor disposición al diálogo, les pido un margen de flexibilidad necesario para que mi gobierno elabore en condiciones, como deben hacerse, los planes precisos para arrostrar la crisis que serán presentados responsablemente a su gobierno, que es el gobierno de todos.

En su discurso de toma de posesión, el señor Álvarez-Cascos anunció que mientras él fuese presidente del Principado todos los ministros del Gobierno presidirían los actos a los que acudieran en esta tierra. Era, como él mismo dijo, más que una deferencia, un gesto de profundo significado político que yo también estoy dispuesto a mantener.
Claridad, siempre.

Para un político fotofóbico, comprenderán que llevo ya mucho tiempo expuesto a los focos. Finalizo, por tanto, mi intervención. Antes quiero aclarar, no obstante, que ese pudor se concilia perfectamente con el amor a la luz plena, a la claridad en las decisiones y en el manejo de los fondos y los asuntos públicos. El parlamento, los medios de comunicación, los sindicatos, los empresarios, los asturianos todos, tienen el derecho y el deber de observar, escrutar y controlar su gobierno. Y al mío le urge la tarea, la inmensa y prometedora tarea de convocarles a todos hacia una Asturias mejor, tan firme en el rumbo como consciente de las dificultades. Un ex presidente socialista, Pedro de Silva, escribió hace años dos consejos para un gobernante. El primero, que no tema  equivocarse. El segundo, “que no se deje atrapar por los vapores de la vieja Asturias, un bálsamo hecho de manías e historias tópicas con efectos narcóticos. Asturias sólo se hace grande cuando se libra de ellos”. Hago míos los consejos y, entre todos, hagamos grande Asturias.

Muchas gracias.

miércoles, mayo 23, 2012

Javier Fernández, nuevo presidente del Principado


El socialista Javier Fernández ha sido elegido hoy nuevo presidente del Gobierno asturiano, cargo en el que sucederá a Francisco Álvarez-Cascos, al obtener la mayoría absoluta en la votación celebrada hoy en la sesión de investidura que se celebra en el Parlamento regional.
Fernández ha sido elegido en primera votación al obtener el respaldo de los 17 diputados de su grupo, de los cinco de IU y del único representante de UPyD en la Cámara asturiana mientras que los parlamentarios de Foro (12) y PP (10) se han abstenido dado que el Reglamento no contempla la posibilidad de votar en contra de la investidura.
 
El dirigente socialista (Mieres, 1948), que se ha convertido así en el séptimo presidente del Principado desde que Asturias celebró sus primeras elecciones autonómicas en 1983, había alcanzado antes de la sesión de investidura acuerdos con Izquierda Unida y con UpYD que garantizaban su elección como jefe del Ejecutivo.
 
El nuevo presidente asturiano, que ostenta además desde el año 2000 la Secretaría General de la Federación Socialista Asturias y preside el Consejo Territorial del PSOE desde su último Congreso, tomará posesión de su cargo el próximo sábado.
 
La sesión de investidura de Fernández se inició ayer cuando se cumplía un año de las elecciones autonómicas que llevaron al poder a Foro Asturias, la formación creada por Francisco Álvarez-Cascos tras su salida del PP después de 34 años de militancia y con la que entonces obtuvo 16 diputados frente a 15 del PSOE lo que le permitió gobernar en minoría aún sin alcanzar acuerdos con los populares.
 
Poco más de seis meses después de tomar posesión, Cascos decidió disolver el Parlamento regional y convocar elecciones anticipadas, las primeras en la historia de Asturias, en las que los socialistas fueron de nuevo la fuerza más votada, pero lograron cinco escaños de ventaja sobre Foro y siete sobre el PP.
 
Dichos comicios se celebraron el pasado 25 de marzo y la Junta General de la novena legislatura autonómica no se constituyó hasta el pasado 27 de abril después de que Foro interpusiera varios recursos que llegaron hasta el Tribunal Constitucional por supuestas irregularidades en el voto de los emigrantes.
 
Una vez que el alto tribunal determinó que el escaño en disputa era para los socialistas, lo que les permitía sumar la mayoría absoluta junto a IU y UPyD, el candidato socialista cerró con ambos partidos los acuerdos que garantizaban su investidura.
 
Tras ser investido presidente entre aplausos de los grupos que han apoyado su candidatura, Fernández se ha dirigido a la Cámara para agradecer la "cooperación y colaboración" mostrada durante la sesión que se ha mostrado convencido de que se mantendrá a partir de su toma de posesión como jefe del Ejecutivo.
 
El nuevo presidente ha apuntado además que en esta intervención le hubiera gustado informar de la composición de su Gobierno, pero que no podía hacerlo "por razones obvias" dado que PSOE e IU mantienen aún abiertas negociaciones para la posible incorporación de la coalición al Ejecutivo autonómico.

lunes, mayo 07, 2012

Los quebradores de Bancos, Los Rato


Ahora que Rodrigo Rato ha dimitido como preside Bankia,debemos recordar que la familia Rato nunca han sido grandes banqueros, en Siero no se olvida el paso de estos por el malogrado Banco Siero. Hagamos memoria:
Recordemos las andanzas del padre y el hermano del ex-presidente BANKIA, Ramón Rato y Rodríguez San Pedro y Ramón Rato Figaredo. Los dos acabaron en la cárcel el 2 de noviembre de 1966, cuando un auto del juez Antonio Sánchez del Corral y del Río ordenó la dtención de ambos familiares “por haberse comprobado la existencia de hechos susceptibles de ser calificados como delito monetario”.
Ramón Rato padre recibió la notificación de su arresto domiciliario el 3 de noviembre de aquel año 1966, a las once y media de la mañana. La policía le exigió que entregase el pasaporte español que había obtenido en el Consulado de París. Después, el padre de Rodrigo Rato ingresó en la madrileña prisión de Carabanchel. El drama de los Rato se redobló el 28 de noviembre siguiente, cuando el Consejo de Ministros se encontró encima de la mesa la inminente suspensión de pagos de tres bancos españoles. Los tres bancos afectados eran el Banco de Siero, el Murciano y el de Medina. Los dos primeros pertenecían a la misma persona: Ramón Rato y Rodríguez San Pedro, quien desde la cárcel de Carabanchel conoció la Propuesta de la Subsecretaría del Tesoro y Gastos Públicos que el Consejo de Ministros aprobó ese mismo día:
“Se autoriza al Ministro de Hacienda para que instrumente a través del Banco de España, y con la colaboración de la Banca privada, y asesoramiento de la Dirección General de lo Contencioso del Estado, el conjunto de ayudas necesarias para salvaguardar los intereses legítimos de aquellos depositantes que hayan constituido sus depósitos en los Bancos de Siero, Murciano y de Medina con arreglo a las normas vigentes en materia de disciplina bancaria, mediante el pago de los créditos que ostentan contra tales Bancos y reúnan los requisitos indicados, subrogándose en los derechos de los depositantes para reintegrarse, en su día, en la parte que sea posible en los autos de suspensión de pagos o de quiebra a que pueda llegarse, o bien mediante cualquier otra fórmula que se arbitre para ayuda de los mencionados depositantes”.
Desde cualquier punto de vista, el hecho de que el Gobierno tuviera que salir en defensa de los depositantes de un Banco para atender a la retirada de sus depósitos con el apoyo del resto de la Banca española es lo más humillante que podía ocurrirle a un banquero. La discusión que se produjo en el Consejo de Ministros y las conclusiones a las que llegaron sus miembros quedaron reflejadas en el acta de aquel día:
“Esta situación afecta a millares de cuentacorrentistas y depositantes de sus ahorros en dichos Bancos, a cuyas economías afecta la suspensión en forma gravemente perturbadora. Por otra parte, todo esto es susceptible de causar grave daño a la confianza del público en la institución bancaria en general.
El Consejo Superior Bancario, reunido el pasado día 24 de los corrientes, examinó, por indicación del Ministerio de Hacienda, la expresada situación y acordó, por unanimidad, ofrecer a las autoridades monetarias su colaboración, con objeto de salvaguardar los intereses legítimos de aquellos depositantes que hayan constituido sus depósitos con arreglo a las normas vigentes en materia de disciplina bancaria. Una comisión de Banqueros, designada por el Consejo Superior Bancario, se ha puesto ya en contacto con el Banco de España para estudiar las posibles fórmulas de ayuda a los depositantes que reúnan las expresadas condiciones. Pero, para que el Banco de España pueda participar en la aplicación de esas fórmulas, como ha ocurrido en los, afortunadamente escasos, casos similares que en el pasado se han presentado, es menester que se le autorice especialmente por el Gobierno, por tratarse de una ayuda excepcional que sin una autorización, también excepcional, no podría realizar”.
Como consecuencia de todo lo anterior, el 1 de septiembre de 1967 funcionarios de la Dirección General de Prisiones entregaron a Ramón Rato a la Guardia Civil en las dependencias de la cárcel de Carabanchel para su traslado a la prisión provincial de Almería con el fin de que extinguiera allí su condena por “contrabando monetario”.
La historia se repite, ahora viviremos la Nacionalización de BANKIA.