viernes, mayo 24, 2013

Foro Asturias incumple con Sariego



Ayer vivimos otra anomalía en el ayuntamiento de Sariego, se tenían que aprobar la liquidación parcial de las cuentas del ejercicio en la comisión de economía en el ayuntamiento y vimos la ausencia total de los representantes de FAC.

El único concejal que en estos momentos tiene Foro solo acude a los plenos, sin realizar ninguna acción, ni ejercer su papel como concejal del ayuntamiento.

Vemos como FAC no hace ninguna actividad en el ayuntamiento y ignora el mandato de la ciudadanía de Sariego cuando les dieron 2 concejales en las pasadas elecciones. La anomalía continúa pues 4 meses después de la dimisión de su cabeza de lista seguimos sin cubrir dicha vacante, es decir, 4 meses con 8 concejales en vez de los 9 con los que cuenta el ayuntamiento, esto demuestra que Foro Asturias no tiene ningún interés en la política de Sariego, se presentaron con falsas promesas y 2 años después se comprueba su inutilidad. 

Ser concejal del ayuntamiento trae consigo las obligaciones de trabajar por la ciudadanía, no podemos tener concejales figuras, que solo aparecen a los actos que no implican ningún trabajo. 

Desde el PSOE seguiremos trabajando y arrimando el hombro para todo aquello que sea positivo para el municipio. Nuestro concejal no cederá a la desidia y seguirá trabajando en la actividad diaria del ayuntamiento, mientras FAC olvida sus obligaciones contraídas con la ciudadanía de Sariego. 


 Un cordial saludo.

viernes, mayo 10, 2013

Teoría del “Decrecimiento”


Qué es el decrecimiento
Es una corriente de pensamiento económico, político y social, que tiene como idea principal el disminuir de forma controlada y progresiva la producción, con el objetivo de equilibrar la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Esta teoría nació en la década de los 70 de la mano de Georgescu-Roegen, matemático y economista que sentó sus bases. Sus estudios sobre bioeconomía le sirvieron para escribir The Entropy law and the Economic Process, la biblia de los decrecentistas. Muchos son los economistas que se han hecho eco de su pensamiento, como Paul Ariès o Jean Paul Vesse, pero el que realmente ha logrado dar a conocer a la sociedad actual esta teoría ha sido el francés Serge Latouche:
“La consigna del decrecimiento tiene como meta, sobre todo, insistir fuertemente en abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento, [...] En todo rigor, convendría más hablar de “acrecimiento”, tal como hablamos de “ateísmo”.
Para Latouche, el decrecimiento no es un concepto, es un simple eslogan mediático creado para escandalizar, para crear impacto. La situación en la que está el planeta es muy preocupante, y el objetivo no es tomar medidas para ir reduciendo el consumo a largo plazo, sino buscar una solución ya, puesto que el problema ya está entre nosotros. El economista dice que ante este panorama, nadie hace nada, principalmente los que ostentan el poder. Los políticos hablan de ajustar las materias primas y reducir los niveles de contaminación y luego dictan leyes que permiten el uso indiscriminado de pesticidas, deforestaciones, o generan la guerra del petróleo. A día de hoy, el crecimiento sólo es rentable si su peso y precio recaen sobre la naturaleza, las generaciones futuras, las condiciones de trabajo de los asalariados y, de forma especial, sobre los países del Sur. Todos los regímenes modernos, sean de la condición que sean, son “productivistas”, por ello un cambio radical se alza necesario: la revolución cultural es la alternativa. Serge Latouche, como explica en su libro La apuesta por el Decrecimiento, propone un sistema de soluciones bajo el prefijo “re-”, que denota repetición o retroceso, a los que ha nombrado como los pilares del decrecimiento o el modelo de las “8 R”:
  • Revaluar. Sustituir los valores globales, individualistas y consumistas por valores locales, de cooperación y humanistas.
  • Reconceptualizar. El desarrollo sacrifica tanto a la sociedad como a su bienestar en favor de los “empresarios del desarrollo”, las firmas multinacionales, los dirigentes políticos, los tecnócratas y las mafias. “La economía, apropiándose de la naturaleza y haciendo de ella una mercancía, transforma la abundancia natural en escasez a través de la creación artificial de la carencia y la necesidad”. Se trata de realizar un cambio de valores que reconduzca hacia una mirada diferente sobre la realidad. En este sentido, reconceptualizar la riqueza en relación a la pobreza o la escasez sobre la abundancia.
  • Reestructurar. Adaptar el aparato de producción y las relaciones sociales en función de la nueva escala de valores, como por ejemplo, combinar eco-eficiencia y simplicidad voluntaria.
  • Relocalizar. Producir localmente, a través de empresas locales, los bienes esenciales para satisfacer las necesidades de la población. Si bien las ideas tienen que ignorar las fronteras, los movimientos de mercancías y de capitales se tienen que limitar a lo indispensable, se debe recuperar el anclaje territorial.
  • Redistribuir. Tiene un doble efecto positivo en la reducción del consumo: por un lado, de forma directa, reduciendo el poder y los medios de la “clase consumidora mundial” y, muy particularmente, de la oligarquía de los grandes depredadores; por otro, de manera indirecta, disminuyendo la invitación al consumo ostentoso. El Norte ha adquirido una enorme deuda con el Sur que haría falta reembolsar, pero no tanto en concepto de donaciones sino por medio de una disminución de las explotaciones en territorio tercermundista. La impronta ecológica es un buen instrumento para determinar los derechos de explotación de cada cual.
  • Reducir. Disminuir, en primer lugar, el impacto en la biosfera de nuestra manera de producir y consumir. También las horas de trabajo y el consumo sanitario, especialmente en cuanto a los medicamentos; así como el turismo de masas: el deseo de viajar y el gusto por la aventura están inscritos en el corazón humano, pero la industria ha convertido este deseo en consumo mercantil destructor del medio ambiente.
  • Reutilizar y reciclar. Alargar el tiempo de vida de los productos para evitar el consumo y el despilfarro.