viernes, octubre 18, 2013

Los nacionalismos son una enfermedad (tanto central como periféricos)



Desde hace más de un año venimos sufriendo la crisis de la supuesta “unidad” de España, pero últimamente hemos visto el aumento en la escaladas nacionalistas, tanto central como periférica. Analizando esta escalada nos queda claro que se esta imitando la política Nazi de los años 30 del siglo pasado, creando un enemigo exterior y que nos maltrata o menos precia para conseguir explicar los problemas que tenemos en nuestra sociedad. Los recortes y endeudamiento son culpa de otros.

Es muy difícil luchar contra los nacionalismos, ya que no tienen como base una raíz razonable y razonada, sino que son un sentimiento visceral que hace sentirnos orgullosos de algo tan aleatorio como nacer en uno u otro lado. Desde la izquierda es difícil hacer el ejercicio educativo de la importancia de aquello que elegimos y no de lo que nos viene dado. Los seres humanos podemos decidir ayudar, ser solidarios... pero lo que no podemos decidir son nuestro color de piel, donde nacimos, nuestros gustos sexuales y todo aquello que nunca hemos tenido opción a elegir.

El nacionalismo es una enfermedad irracional que da poco igual cual sea el tamaño de la nación que se defienda. Por eso hay que "criminalizar" tanto a los nacionalistas periféricos como los centrales, el "catetismo" demostrado por ambos solo sirve para alimentar los odios que unos y otros se profesan. Las acciones de los pueblos periféricos tienen una respuesta desde el nacionalismo central y viceversa. Por ello todos y todas los que creemos que en la humanidad debemos combatir los nacionalismos con el internacionalismo, hacer una política beligerante contra los que alimentan las diferencias y causan malestar social.

Hay que tener bien claro que no se puede ser de Izquierdas y tener un sentimiento identitario con un territorio, ya que para los que somos de Izquierdas nuestro único sentimiento es el de la igualdad de toda la humanidad sin importar circunstancias personales de cada individuo. Hay que defender la cultura de cada pueblo, pero esa cultura nunca es mejor que otra, ni una lengua es superior a otra. Las lenguas tienen como fin el interaccionar y relacionarse con otros seres humanos, no la de ser una barrera.

Frente al "frentismo" debemos ser insumisos y no defender ninguno de los sentimientos, cada vez que nos intenten colocar un sentimiento de territorialidad debemos mostrarles que lo que nos importa es la situación de las clases menos favorecidas de la sociedad, que nuestros valores de luchar contra las clases, aboliéndolas y convirtiéndolas en una única clase de seres humanos con mismo derechos y deberes es nuestro objetivo.

El papel que nos toca jugar a la izquierda esta claro, la insumisión en participar en está “guerra” de nacionalidades que lo único que intenta es culpar a un ficticio enemigo del malestar social. La solución esta en la educación en internacionalismo y en la genética, pues al fin y al cabo solo somos un simio que bajó de un árbol en África y se extendió por el planeta.

Un cordial saludo.


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