martes, abril 30, 2013

¿Será capaz Francia de plantarse?


En Francia y Alemania, la moneda común europea suscitó esperanzas y aspiraciones contradictorias. Para Francia, lo primordial era crear una unión monetaria que pusiera fin a la dependencia monetaria que producían los caprichos del dólar estadounidense y la hegemonía regional del marco alemán, y también constituir una moneda de referencia que pudiera plantarle cara al dólar dentro de un nuevo orden monetario internacional. Para Alemania, por el contrario, lo principal era evitar que la fortaleza del marco minara la competitividad germana en Europa. El carácter de divisa de referencia y la excesiva apreciación de la moneda entran en conflicto con el modelo alemán, basado en una economía orientada a la exportación.

La crisis del euro hará que ambas naciones reevalúen la viabilidad del euro. Francia se enfrenta ahora a la posible pérdida de una generación, perspectiva que comparte con otras naciones deudoras de la Unión y que, al socavar las bases del núcleo franco-alemán, puede convertirse en el definitivo campo de batalla del euro.

Si volvemos la vista atrás, veremos que Francia y Alemania (Occidental) siguieron estrategias económicas encontradas después de la II Guerra Mundial. En líneas generales, la llamada economía social de mercado germana se apoyaba más en las fuerzas del mercado y las exportaciones, mientras que el modelo económico francés atribuía un mayor papel a la planificación y la intervención del Estado. A juzgar por los respectivos índices de crecimiento del PIB y los niveles de PIB per capita alcanzados hasta 1980, ambos modelos resultaron igualmente eficaces. Sin embargo, en el ámbito monetario, una gran sima separaba a Francia, víctima persistente de una mayor inflación y de la presión que sufría el franco para depreciarse, de la Alemania del marco, que poco a poco se convirtió en divisa de referencia mundial.

A ninguno de los dos países le complacía la situación. El carácter de divisa de referencia conlleva una sobrevaloración de la moneda, lo cual entra en conflicto con el modelo exportador alemán. Por otra parte, las presiones de ajuste asimétricas emanadas de las pérdidas de competitividad producidas por la mayor inflación, que al final condujeron a la devaluación del franco, se percibían en Francia como una humillación: algo con lo que pretendía acabar Mitterrand en 1983 con su política de franc fort. Pero un franco fuerte también conllevaba la subordinación de Francia al Bundesbank germano. Solo una moneda común podía acabar con la hegemonía regional alemana, ya que devolvería la equidad a la situación monetaria europea. Para el canciller Helmut Kohl, el euro iba a garantizar la permanente integración de Alemania en Europa como garante de la paz.

La unión monetaria, cimentada en la idea compartida de que era un momento propicio para impulsarla, pero incapaz de resolver las profundas diferencias de Francia y Alemania en materia de política económica, quedó incompleta, concentrándose únicamente en los aspectos que para los germanos resultaban innegociables. En concreto, el Tratado de Maastricht, centrándose sin ambages en la estabilidad de precios y la disciplina fiscal, desatendió en gran medida cuestiones fundamentales como la unión fiscal y la gestión de la demanda, las políticas de estabilidad financiera y los tipos de cambio, y la competencia dentro de la zona euro. Esos errores condujeron a una unión monetaria muy vulnerable, sentando las bases de su crisis actual.

Fundamentalmente, una unión monetaria se basa en el compromiso con una tasa de inflación común. Para el BCE, hay estabilidad de precios cuando esa tasa se sitúa “por debajo pero cerca del 2%”, lo cual cuantifica ese compromiso, proporcionando una norma de estabilidad para las tendencias salariales. Las tendencias laborales nacionales corregidas en función de la productividad (es decir, los costes laborales unitarios) no pueden apartarse durante mucho tiempo de esta norma de estabilidad sin producir desequilibrios. Una vez desaparecidos los tipos de cambio nominal, son las tendencias de los costes laborales unitarios las que determinan si los índices de cambio reales dentro de la zona euro están en equilibrio. Quienes participan de la tan extendida idea de que los países afectados por la crisis del euro perdieron competitividad porque los salarios dispararon su inflación yerran el tiro. Quien tuvo un comportamiento atípico fue Alemania, pero por la razón contraria: mientras Europa convergía en torno a la norma de estabilidad del 2% fijada por los germanos, la propia Alemania se centraba en dejarla en 0.

Pese a haber cumplido escrupulosamente la regla de oro de la unión monetaria, lo que se espera de Francia es que acabe con el diferencial en materia de costes laborales unitarios (situado más o menos en el 20%), que se fue incrementando desde la creación del euro, mientras Alemania optaba por la inflación 0 y el balance comercial entre los dos países que componen el núcleo duro de la moneda única se volvía enormemente favorable a Alemania. Mientras el superávit por cuenta corriente alemán superaba el 7% del PIB, Francia veía cómo el suyo, entre el 1 y el 2% al iniciarse la unión monetaria, se convertía en déficit. Y mientras Alemania, gracias al euro, consolidaba su posición como gran acreedor e inversor neto en el ámbito internacional, Francia pasaba de acreedora a deudora.

En la actualidad, otras profundas fisuras dividen a estos dos socios, ya que sus respectivas finanzas públicas han seguido caminos divergentes desde 2010 y el modelo económico francés ha perdido gran vigor desde 2011. Después de acusar el impacto de la “ralentización global” de 2001, una conmoción para ambos, los dos países sobrepasaron después el techo de déficit del 3% que fijaba el llamado Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Pero mientras Alemania se entregó incondicionalmente a la austeridad, Francia optó por un enfoque más cauto y favorable al crecimiento. En Alemania, la austeridad fiscal, la contención de los salarios y las reformas estructurales se conjugaron para sofocar la demanda interna, dejando que las exportaciones fueran el único motor de crecimiento del “enfermo del euro”. Por el contrario, el crecimiento francés se basó en la demanda interna y sus exportaciones netas fueron un lastre para ese crecimiento. Mientras el consumidor alemán caía en la ciclotimia y veneraba la frugalidad, el bon vivant francés veía mejores perspectivas de futuro: la tasa de natalidad francesa se disparó mientras la alemana se reducía.

Los índices de endeudamiento público avanzaron al unísono hasta el estallido de la crisis. Alemania redujo su déficit con más decisión, mientras el crecimiento del PIB francés ponía de su parte para mantener bajo control el endeudamiento del país. En realidad, como evidencia el desequilibrio comercial entre ambos países, la mayor pujanza del gasto francés, tanto público como privado, fue determinante a la hora de permitir a Alemania equilibrar su presupuesto, al aprovechar su superávit en materia de exportaciones.

A pesar del euro, Alemania sigue siendo quien manda en la política monetaria europea. Y está decidida a no devolver el favor. Los apóstoles de la estabilidad germanos no tienen en mente más estímulos, sino más reducción de gasto. La austeridad competitiva es la panacea que Alemania quiere aplicar en grandes dosis a toda la eurozona. Primero fueron las pequeñas economías de Grecia, Irlanda y Portugal, y después vendrían Italia y España, tercera y cuarta economías de la unión monetaria. Ahora le toca a Francia arrojarse al precipicio de la austeridad. Hacer crujir a la segunda economía de la Unión fortalecerá a las fuerzas deflacionarias de toda Europa. El modelo alemán ha sumido a la UE en una crisis existencial. Un modelo cuya operatividad depende de que otros no se comporten como Alemania no puede funcionar obligándolos a todos a seguir los pasos germanos. Ya con el euro, Alemania enfermó con esas políticas, pero después pujó a la baja frente a sus socios para poder curarse. Ya va siendo hora de que Francia contradiga esa letanía alemana que dice que la estabilidad produce crecimiento, porque, cuando no encuentras a alguien dispuesto a mantener tu permanente excedente de exportaciones, no es así. Quizá sea Francia quien tenga que convencer a su socio de que acepte por fin esta simple verdad o, de no ser así, la que ponga fin a esta insensatez del euro que tantas innecesarias penurias ha ocasionado a millones de europeos


  • 30 abr 2013
  • El País


Articulo de: Jörg Bibow es catedrático de Economía en el Skidmore College e investigador en el Levy Economics Institute del Bard College (Nueva York). Traducción de Jesús Cuéllar Menezo.

lunes, marzo 25, 2013

El artículo de Juan Torres censurado por El País


"Es muy significativo que habitualmente se hable de “castigo” para referirse a las medidas que Merkel y sus ministros imponen a los países más afectados por la crisis.

Dicen a sus compatriotas que tienen que castigar nuestra irresponsabilidad para que nuestro despilfarro y nuestras deudas no los paguen ahora los alemanes. Pero el razonamiento es falso pues los irresponsables no han sido los pueblos a los que Merkel se empeña en castigar sino los bancos alemanes a quienes protege y los de otros países a los que prestaron, ellos sí con irresponsabilidad, para obtener ganancias multimillonarias.

Los grandes grupos económicos europeos consiguieron establecer un modelo de unión monetaria muy imperfecto y asimétrico que enseguida reprodujo y agrandó las desigualdades originales entre las economías que la integraban. Además, gracias a su enorme capacidad inversora y al gran poder de sus gobiernos las grandes compañías del norte lograron quedarse con gran cantidad de empresas e incluso sectores enteros de los países de la periferia, como España. Eso provocó grandes déficit comerciales en éstos últimos y superávit sobre todo en Alemania y en menor medida en otros países.

Paralelamente, las políticas de los sucesivos gobiernos alemanes concentraron aún más la renta en la cima de la pirámide social, lo que aumentó su ya alto nivel de ahorro. De 1998 a 2008 la riqueza del 10% más rico de Alemania pasó del 45% al 53% del total, la del 40% siguiente del 46% al 40% y la del 50% más pobre del 4% al 1%.

Esas circunstancias pusieron a disposición de los bancos alemanes ingentes cantidades de dinero. Pero en lugar de dedicarlo a mejorar el mercado interno alemán y la situación de los niveles de renta más bajos, lo usaron (unos 704.000 millones de euros hasta 2009, según el Banco Internacional de Pagos) para financiar la deuda de los bancos irlandeses, la burbuja inmobiliaria española, el endeudamiento de las empresas griegas o para especular, lo que hizo que la deuda privada en la periferia europea se disparase y que los bancos alemanes se cargaran de activos tóxicos (900.000 millones de euros en 2009).

Al estallar la crisis se resintieron gravemente pero consiguieron que su insolvencia, en lugar de manifestarse como el resultado de su gran imprudencia e irresponsabilidad (a la que nunca se refiere Merkel), se presentara como el resultado del despilfarro y de la deuda pública de los países donde estaban los bancos a quienes habían prestado. Los alemanes retiraron rápidamente su dinero de estos países, pero la deuda quedaba en los balances de los bancos deudores. Merkel se erigió en la defensora de los banqueros alemanes y para ayudarles puso en marcha dos estrategias. Una, los rescates, que vendieron como si estuvieran dirigidos a salvar a los países, pero que en realidad consisten en darle a los gobiernos dinero en préstamos que pagan los pueblos para traspasarlo a los bancos nacionales para que éstos se recuperen cuanto antes y paguen enseguida a los alemanes. Otra, impedir que el BCE cortase de raíz los ataques especulativos contra la deuda de la periferia para que al subir las primas de riesgo de los demás bajara el coste con que se financia Alemania.

Merkel, como Hitler, ha declarado la guerra al resto de Europa, ahora para garantizarse su espacio vital económico. Nos castiga para proteger a sus grandes empresas y bancos y también para ocultar ante su electorado la vergüenza de un modelo que ha hecho que el nivel de pobreza en su país sea el más alto de los últimos 20 años, que el 25% de sus empleados gane menos de 9,15 euros/hora, o que a la mitad de su población le corresponda, como he dicho, un miserable 1% de toda la riqueza nacional.

La tragedia es la enorme connivencia entre los intereses financieros paneuropeos que dominan a nuestros gobiernos, y que estos, en lugar de defendernos con patriotismo y dignidad, nos traicionen para actuar como meras comparsas de Merkel.

lunes, enero 07, 2013

El Gobierno español dedica el 90% del fondo de ahorro de la Seguridad Social a comprar deuda española (Eng)


El Gobierno español dedica el 90% del fondo de ahorro de la Seguridad Social a comprar deuda española (Eng)

El bono español a 10 años está a un "relativamente" saludable 5%. 
Muchos analistas se preguntan quién sigue apostando por ese producto y la respuesta es que el dinero viene del Fondo de Ahorro de la Seguriad Social, que lleva invertido el 90% de su capital, el cual, en teoria, está dedicado a salvaguardar nuestro sistema de pensiones

España saquea el 90% del Fondo de Seguridad Social para comprar su propia deuda

Tyler Durden's picture
 


En España los rendimientos a 10 años flotando en un "relativamente" saludable 5%, después de haber sido conducido inexorablemente bajo la promesa de ayuda del BCE en algún momento en el futuro, el mercado se ha vuelto cada vez más seguro de quién es el que mantiene una oferta para estas cosas. Bueno, no es de extrañar más. 
Como señala WSJ , España ha sido silenciosamente tocando los más ricos del país, hucha, la Seguridad Social Fondo de Reserva, como comprador de último recurso para los bonos del gobierno español - con al menos el 90% de los € 65 mil millones ($ 85,700,000,000) Fondo ha sido invertido en deuda española cada vez más riesgoso. 
Por supuesto, esto no es nada nuevo, los EE.UU. (y el irlandés) han estado utilizando las entidades cuasi-gubernamentales para financiarse de una manera mutuamente destructivo círculo tirón durante años - la única diferencia es que hay otros compradores en el mercado de bonos, mientras que en España, el comprador marginal es fundamental para apoyar el barco que se hunde 
Los españoles defienden el uso de los fondos de pensiones para comprar bonos lo más sostenible siempre y cuando pueda emitir bonos -. y sin embargo, la única manera que puede llegar a los bonos de descuento en los mercados públicos es mediante el uso de los activos de los fondos de pensiones. 
Los pensionistas resumir perfectamente "Estamos muy preocupados por esto, no sé quién va a pagar las pensiones de aquellos que son más jóvenes ahora", o aquellos que son mayores que lo haríamos añadir.
España ha sido silenciosamente tocando los más ricos del país, hucha, el Seguro Social Fondo de Reserva, como comprador de último recurso para los bonos del gobierno español, que plantea interrogantes sobre el papel del Fondo como garante de los pagos futuros de pensiones.  
Ahora la ola de endeudamiento apenas se dio cuenta, llevado a cabo en medio de una crisis económica prolongada, está a punto de terminar, porque no queda casi nada para tomar.  
Al menos el 90% del fondo de € 65 mil millones ($ 85.7 mil millones) se ha invertido en la deuda española cada vez más arriesgado, según cifras oficiales, y el gobierno ha comenzado a retirar dinero en efectivo para pagos de emergencia.
Aunque la tendencia ha atraído poca atención pública o controversia, se ha convertido en un motivo de preocupación para los relativamente pocos los analistas financieros independientes que estudian el fondo, que se utiliza para garantizar los pagos futuros de pensiones.
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Además, existe la preocupación de que las reservas de la Seguridad Social para el pago de los futuros pensionistas se ejecutan mucho más rápido delo esperado. 
En noviembre, el gobierno retiró € 4 mil millones de los fondos de reserva para pagar las pensiones, la segunda vez en la historia que había retirado dinero en efectivo. La primera vez fue en septiembre, cuando asumió € 3 mil millones para cubrir las necesidades de tesorería no especificados. 
En conjunto, los retiros de emergencia superó el límite anual legal, por lo que el gobierno levantó temporalmente la tapa.
"Estamos muy preocupados por esto", dice Dolores San Martín, presidente de la mayor asociación de pensionistas en Asturias, una región pequeña que tiene uno de los porcentajes más altos de los jubilados en España. "Simplemente no sabemos quién va a pagar las pensiones de aquellos que son más jóvenes ahora."
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Después de que comenzó la crisis, algunos de esos países comenzaron a utilizar las reservas de pensiones para otras contingencias, tales que cubren una caída en la demanda externa de bonos de sus gobiernos.  
Desde el colapso del boom inmobiliario de Irlanda, por ejemplo, la mayor parte de su fondo de pensiones se ha utilizado para comprar acciones de los bancos nacionalizados y bienes raíces para que no haya compradores extranjeros podrían ser encontrados. 
"La mayoría de la [Español] fondo es un truco contable", dijo Javier Díaz-Giménez, profesor de economía en la escuela de negocios IESE de España. "ElGobierno está prestando dinero a otra rama del gobierno". 
Las autoridades españolas defienden la fuerte inversión del Fondo de Reserva de la Seguridad Social en bonos de alto riesgo de su gobierno.  
Ellos dicen que la práctica es sostenible, siempre y cuando España puede seguir pidiéndole dinero prestado en los mercados financieros, y predicen que la economía comenzará a recuperarse a finales de 2013, aliviar la crisis de la deuda.
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"Con los inversores extranjeros quedarse fuera del mercado de la deuda española, vas a necesitar toda la ayuda que puede obtener de los jugadores nacionales", dijo Rubén Segura-Cayuela, economista de Bank of America-Merrill Lynch.
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Bancos comerciales españolas ya han aumentado su españolas gobierno cartera de bonos por un factor de seis desde el inicio de la crisis en 2008, yahora son dueños de un tercio de la deuda pública en circulación. 
El porcentaje de la deuda pública española en manos del Fondo de Reserva de la Seguridad Social se situó en el 55% en 2008, según cifras oficiales, a finales de 2011 se había elevado al 90%.  
Los analistas dicen que el porcentaje ha seguido aumentando, así como los organismos internacionales han bajado calificaciones de crédito de España. 
Uso continuado de España de esas reservas para comprar sus propios bonos parece violar un conjunto de reglas por decreto del gobierno que obliga a su inversión sólo en títulos "de alta calidad crediticia y un importante grado de liquidez".
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Pero ahora con el desempleo por encima del 25% de la fuerza laboral y un menor número de asalariados que pagan en el Sistema de la Seguridad Social es de alrededor de € 3 mil millones en déficit, de acuerdo con estimaciones del gobierno.
Y en otras noticias, y completar el cuadro, si no el tirón círculo, es una noticia deLibremercado que según el Confederantion Española de Organizaciones Empresariales,alrededor del 60% de las empresas españolas están perdiendo dinero. A través deGoogle Translate :
El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha estimado que "el 60 por ciento de las empresas están en pérdidas. Cosa es que los empresarios son más reflexivos y salió." 
Joan Rosell responde bien tras ser preguntado si recibe "los ciudadanos españoles también negativas" en una entrevista con el diario La Razón, que dirige un especial titulado "2013, la recuperación comienza," y dice que "el malestar social es evidente y es mundo de los negocios no es la excepción. " 
El presidente de la CEOE ha considerado que el sector privado "ya ha hecho? Toda la reestructuración que tenía que hacer y la caída del empleo en el sector privado se ha detenido casi por completo. Ahora es la reestructuración del sector público".
Después de definir el primer año de Mariano Rajoy en el gobierno como un año de shock, Rosell ha considerado que la economía española sigue siendo "grasa superflua por muchos lados. 'S del gobierno central, regional y local. Evitar la duplicación. Somos un país hiperregulado". 

lunes, octubre 29, 2012

Las dos izquierdas en la España de hoy


"Uno de los primeros mítines de la campaña fue el de Gijón. El Molinón estaba a rebosar. Fue un mitin emotivo en el que, además, se superaron los dos protagonistas principales: Luis Gómez Llorente, cabeza de la candidatura en Asturias, y Felipe González. Para mí, fue emocionante oír a Luis que era un gran orador desde muy joven. Cuando, hacía más de 15 años, hablaba en las asambleas universitarias, siempre había alguno que decía bajito: "Este será ministro". No lo ha sido, pero fue un magnífico parlamentario". (Julio Feo. Aquellos años).

No solo perduran -mutatis mutandis- aquellas dos Españas de las que habló Machado en su momento: la de charanga y pandereta, frente a la de la rabia y de la idea. También están, como hace casi cien años vaticinó Ortega, la España oficial, frente a la España real. Pero las dicotomías de este país no se quedan ahí, mire usted, porque, en el momento presente, no sería inadecuado constatar que existen dos izquierdas: la que atesora la memoria de cómo, cuándo y por qué fue concebida, frente a aquella otra amnésica, que solo repite las consignas de lo políticamente correcto, que no se sonroja por ser cortesana, ni tampoco por incurrir en folclorismos varios. Y, a día de hoy, si hubiera que nombrar a personajes paradigmáticos de estas dos izquierdas, pondría sobre el tapete dos nombres: el de Luis Gómez Llorente, que acaba de fallecer, frente a lo que representa el señor Bono, todo un virtuoso del folclorismo político y de los chascarrillos que suponen la política con minúsculas.
Así pues, las dos izquierdas. Gómez Llorente personificaba a la izquierda que el felipismo sepultó. Aquella que amaba la palabra, aquella que consideraba que la enseñanza era una herramienta fundamental para construir un país más justo y más libre. Aquella que sabía que la historia nunca podía ser arrinconada como elemento de análisis. Aquella que defendía que ética y estética no eran en modo ajenas a la hora de hacer política. De todos los discursos que Gómez Llorente pronunció en el Parlamento, habría que recuperar una intervención literal y literariamente magistral en defensa de la enseñanza pública. Más de uno se sonrojaría al compararlo con la política educativa que llevó a cabo el PSOE.
Así pues, las dos izquierdas. Cuando veo retazos de las entrevistas que le hacen a Bono a propósito de su último libro, confieso que me apoderan a partes iguales la indignación y el bochorno. Bien sabe Dios que no escribe como Azaña. Bien sabe Dios que nunca vislumbraría el político manchego el estremecedor dramatismo del género, tal como lo practicó Amiel. Aun así, las referidas carencias serían perdonables, si considerase que la política es algo más que chismorreo. Pero no va más allá. Y, ya puestos en el disparadero de los chascarrillos, ni siquiera maneja la que es quizá la herramienta más poderosa de la inteligencia: me refiero, claro está, a la ironía.
Las dos izquierdas: la que no es cortesana, la que nunca adoraría al becerro de oro, frente a esta divina izquierda animada por una farándula de pacotilla que en su día apostó por Zapatero. Las dos izquierdas, la que hizo del afán pedagógico razón de ser, convirtiendo a las sedes sindicales en grandes bibliotecas, con recursos muy limitados, frente a esta otra que considera que la tarea docente es una función bufonesca, que huye del esfuerzo y del rigor.
Las dos izquierdas, digo. Con el fallecimiento de Luis Gómez Llorente, la orfandad de quienes anhelamos una izquierda sin renuncios y renuncias es mucho mayor. Frente a ello, ahí tenemos a don José Bono haciendo folclorismo político con su libro de Memorias. De izquierdas, tiene, como otros muchos dirigentes de su partido, las siglas.
Estoy seguro de que, en el más pesimista de los supuestos, nadie se imaginó en aquellos años de esperanzas y miedos tras la muerte del dictador, que el partido fundado en su día por Pablo Iglesias acabaría por convertirse en una formación política dinástica, dando su apoyo a la última restauración borbónica impuesta por Franco. Y no sólo eso: convirtiéndose también en un partido que estrangularía la ilusión de un país que creyó en aquel cambio que tantas ilusiones concitó en el 82.
Gómez Llorente volvió al aula. Investigó y publicó. Lo que hizo la otra izquierda, sobre todo, el felipismo, bien sabido es. Y, para colmo, el relevo generacional en la política española lo protagonizó Zapatero, que flirteó, además muy poco tiempo, con la izquierda que Gómez Llorente representaba. Flirteó, digo, con una frivolidad insultante. Y ahora ahí está el PSOE, con Rubalcaba guardando el luto por el zapaterismo, sin despegar en las encuestas, porque hasta la ingenuidad del voto fiel tiene sus límites.
Las dos izquierdas, pues. La que Gómez Llorente encarnaba está más inerme que nunca. Tan inerme como cargada de razón.

Luis Arias Argüelles-Meres 15/10/2012



(comparto con vosotros esta genial reflexión de Luis Arias Argüelles-Meres sobre Goméz Llorente y las 2 Izquierdas) 

miércoles, octubre 10, 2012

Frente a las mentiras del Alcalde, los Socialistas buscamos soluciones



Desde el PSOE-Sariego queremos expresar nuestro mal estar con el Alcalde de Sariego por utilizar los medios de Comunicación para hacer una reivindicación lógica, sin haberse puesto en contacto previamente con la conserjería. Ayer pudimos leer en la prensa la petición del señor Alcalde del pago de 27.000€ desde la Conserjería de Bienestar Social y Vivienda, los socialistas entendemos esta reivindicación lógica desde el ámbito local, pero nos sorprende la manera de proceder de Javier Parajón quien sin haberse puesto en contacto con la conserjería, ni siquiera ha pedido reunión con la consejera para plantearle el problema.
Los Socialistas de Sariego nos hemos preocupado más por el problema que por el protagonismo y por eso nos hemos puesto en contacto con la conserjería para informarnos del conflicto e intentar mediar en la manera de nuestras posibilidades. Sabemos que dado la complejidad del Expediente con la quiebra de la primera empresa adjudicataria y las mentiras de dicha empresa al manifestar el pago de todos los deberes, la conserjería no admitía esa deuda, pero descubiertas las mentiras sabemos de la responsabilidad de la conserjería y el compromiso municipal de la consejera.
Tenemos que recordar que ya hace algunos meses, cuando el gobierno de Asturias estaba dirigido por FAC el ayuntamiento de Sariego había pedido el pago por vía Administrativa-Judicial, así que la petición en prensa solo responde al afán de protagonismo del señor Alcalde.
Tenemos que catalogar la actitud de Javier Parajón como desleal a los Sareganos y al Gobierno de Asturias, además de insolaría al intentar sustraer recursos de una de las tres consejerías más sociales en estos momentos de crisis social, para financiar no sabemos que necesidades en el Concejo de Sariego.
Desde el PSOE-Sariego le pedimos al señor alcalde que se dedique a trabajar por los Sareganos desde la lealtad a las instituciones y con el único pensamiento de generar condiciones favorables a todos los Sareganos.

Un cordial saludo. 

martes, octubre 09, 2012



En el ultimo pleno pudimos comprobar como el Alcalde de Sariego cumplía la recomendación de la FEMP sobre la eliminación de la paga extraordinaria al único liberado político, el señor Parajón, desde el PSOE-Sariego vemos la medida como positiva, pero en la actual situación económica lo que creemos que seria lo más positivo para Sariego seria la eliminación de la liberación del señor alcalde y así poder utilizar ese dinero para inversiones desde el ayuntamiento.
Casualmente la reclamación que hace el alcalde de 27.000€ a la consejería de Bienestar Social y Vivienda es una cuantía igual a el coste que tiene Javier Parajón para las arcas municipales, por eso sin renunciar al dinero que pertenece al municipio de Sariego.  

sábado, mayo 26, 2012


Discurso de Javier Fernández en su toma de posesión como Presidente del Principado de Asturias.
Oviedo, 26 de mayo de 2012

Excelentísima Señora Ministra
Excelentísimo Señor Presidente del Principado
Excelentísimo Señor Presidente de la Junta General del Principado
Excelentísimas e ilustrísimas Autoridades:

Señoras y Señores:

La admirable y monumental obra de Alexander von Humboldt, en su aspiración por describir y catalogar el mundo conocido, dejó sin anotar una notable distinción entre quienes poblamos el ecosistema político: los fotofóbicos y los fotofílicos. Confieso abiertamente que estoy entre los primeros, y que prefiero el trabajo discreto al exhibicionismo, la labor callada y constante a la trompetería que acompaña a los tenores, uno de los subtipos políticos que bien diferenció Ortega. Ocurre, no obstante, que siempre hay excepciones, y que este ritual, la ceremonia  que hoy nos congrega, me enorgullece tanto como me sobrepasa emotivamente. La falsa modestia, ya saben, es un pecado de vanidad. Por tanto, mal educado estaría si no comenzara por darles las gracias a todos ustedes. Gracias, señoras y señores, por acompañarme.

Quienes sufrimos de ese reparo a los focos procuramos, aun con más empeño, salvaguardar a quienes nos rodean: intentamos  (a menudo, vanamente) acorazarles, evitarles que les etiqueten por su relación con nosotros. Hasta que llegan liturgias como ésta, en la que uno siente el imperativo moral de darles públicamente las gracias. Gracias a los compañeros que alientan siempre, a los amigos que nunca cejan, a la familia a la que prometes continuamente ese horizonte de dedicación que jamás alcanzas; a todos vosotros, que sabéis bien quiénes sois y no necesitáis que os nombre, gracias.

Nadie, por impresionantes que sean sus arquitecturas personales (que no es el caso, obviamente), tiene el mérito exclusivo de sus logros. Reconozco hoy, aquí y ahora, ante todos ustedes, que seré deudor toda mi vida de las mujeres y hombres de mi familia (de mis padres, en especial), de todos quienes fueron y son los ejemplos vitales de honradez, firmeza, convicción, lucha y generosidad. A todos ellos, que abrieron mis ojos, entonces juveniles, a los ideales de la fraternidad, la libertad y la justicia social, gracias también.

Quienes me antecedieron merecen, al igual, mi agradecimiento. Señor presidente del Principado, don Francisco Álvarez-Cascos, gracias. Ni olvido ni quiero olvidar que la Asturias de hoy acumula las aportaciones de Rafael Fernández, de Pedro de Silva, de Juan Luis Rodríguez-Vigil, de Antonio Trevín, de Sergio Marqués, de Vicente Álvarez Areces y de Francisco Álvarez-Cascos. El ejercicio de la amnesia colectiva funciona igual que los espejos  deformantes del callejón del Gato, y a mí no me interesa celebrar una realidad cóncava ni convexa, sino observar y actuar sobre la realidad misma. No hago una concesión a la galería si agradezco la labor de mis antecesores y les ofrezco y pido colaboración. Cuento con todos. De mi parte, les garantizo dedicación, entrega, trabajo y decencia. 

Con rumbo claro.

No pretendo, pues, anunciar un tiempo nuevo. Hace años que Camus nos advirtió de que las utopías deberían ser modestas. No aspiro a una Asturias perfecta sea cual sea la que imaginen, aspiro a mejorar la que existe.
Ese es justamente el motor de mi acción política y será también la vocación de mi gobierno, porque Asturias puede y debe estar mejor.

La recesión económica semeja una plaga enorme y devastadora, la maldición bíblica de las langostas que arrasaron los campos hasta agostarlos en desiertos. Pero ni lo que nos golpea es un castigo inclemente de la naturaleza, ni los mercados son fuerzas impersonales y anónimas a las que debemos ofrecer sacrificios rituales con la cándida ilusión de aplacarlos. 

El origen de la crisis que padecemos está en la inexistencia de un contrapeso político frente a un sistema financiero confiado en su propia exactitud. Está en el hecho mismo de presentar como científicas decisiones transferidas a los expertos en detrimento de los gobernantes.

Cierto que la política hoy no es practicable sin el recurso al saber experto. Por eso, la política comienza cuando los expertos han dado su opinión y sigue sin saberse lo que hay que hacer.

Por eso, porque creo en la política, pienso que es posible pelear contra la injusticia, por eso creo que existen otros discursos que acierten a interpretar esta época y este momento vertiginoso para España y para Asturias.

Perdida en el País de las Maravillas, Alicia le pregunta al gato de Cheshire:

-“Señor Gato, ¿podría decirme qué dirección debo tomar?
-Depende de adonde quieras ir”.
Y Alicia responde:
-“No me importa adónde, lo que quiero es llegar a algún sitio”.

A diferencia de la niña perdida en el País de las Maravillas, no quiero llegar “a algún sitio”, bracear para salir como sea y a costa de lo que sea. No voy a reiterarles mi discurso de investidura, pero quiero llegar a una Asturias mejor. Una Asturias que ascienda por la escalera del progreso, que tiene por primer peldaño la lucha contra el desempleo.
La cumbre, señoras y señores, está elegida; el rumbo, claro; el Norte, indicado; la dirección, precisa. Lo que hay, es bueno decirlo, son muchas dificultades en el camino, y para superarlas les pido su ayuda, sin más recompensa posible que la satisfacción de haber contribuido al progreso de Asturias. 

A usted también, señora ministra… Le pido aquí, públicamente, la colaboración del Gobierno de España, en la misma medida que, sin reticencia alguna, le ofrezco la colaboración y lealtad institucional del Gobierno de Asturias.
Señoras y señores, las circunstancias obligan, ciertamente, a elegir, y por desgracia, a elegir entre opciones desagradables, porque poco mérito tiene decidir entre lo bueno y lo malo. 

Aquí, en esta Cámara tan pródiga, y con tanta razón, en las citas de Jovellanos, pienso ahora en el hombre enfermo preso en Bellver, encarcelado allí por sus ideas de regeneración ilustrada, y lo pienso escindido viendo pasar los barcos, como lo imaginó Luis García Montero. Unos van hacia la España inquisitorial y atrasada, hacia el pasado sin futuro. Otros navegan hacia la Francia de las Luces, allí donde los sueños del prisionero, los sueños de la razón, se convirtieron en guillotina, despotismo y terror. Tuvo que elegir y eligió, eligió la única bandera posible, la bandera de su patria, aunque él mismo llevara una guerra civil en su interior. 

No hay, lo saben, español más orgulloso de su patria que un asturiano. A propósito de ese sentimiento escribieron Ortega, Salvador de Madariaga, Valentín Andrés y tantos otros. Han cambiado los tiempos, han cambiado los hombres, las mujeres y los hechos, pero el sentimiento persiste y yo me identifico con él.

Lo hago en una España distinta, en un Estado en el que se da un hecho político esencial: la autonomía, que ha determinado en todos los territorios una dinámica de gestión de la proximidad que la configura como uno de los espacios primordiales de la competición política. Unos mercados electorales abiertos cuya dureza se incrementa a medida que disminuye la fidelidad de los electorados ideológicos y en los que hay que estar muy pendiente de los titulares del sufragio.

Por eso, y más allá de las indiscutibles duplicidades e ineficiencias, quiero hoy resaltar aquí que el Estado Autonómico es un indiscutible triunfo histórico que nadie debería siquiera pretender impugnar. Y lo digo desde una Comunidad en la que las identidades española y asturiana no se restan, se suman. Para nosotros, para los asturianos, lo que nos falte por recorrer en el camino federal queremos que se avance en la dirección de más multilateralidad, más colaboración y más lealtad.

En este camino, señora ministra, usted tiene una acogida plena. Dije en mi discurso de investidura que ofrecía y pedía cooperación leal, y aprovecho su presencia para reiterarlo, porque no creo en la política predatoria, en la que busca la aniquilación del adversario -tampoco en la política arremangada del desparpajo y la simpleza-, sino en la que practica el diálogo y, cuando es posible, el entendimiento. Mi gobierno no sacrificará el interés de los asturianos al enfrentamiento inútil. Mi Ejecutivo, repito, no será ariete ni punta de lanza de nada, excepto del interés de Asturias. Comprenderá, señora ministra, que entre la insumisión y la entrega hay suficiente espacio para que se manifieste el acuerdo, la discrepancia y hasta la rebeldía razonable, pero siempre con la premisa de que la cooperación es el mejor camino. Y en esa voluntad cooperante, con la mejor disposición al diálogo, les pido un margen de flexibilidad necesario para que mi gobierno elabore en condiciones, como deben hacerse, los planes precisos para arrostrar la crisis que serán presentados responsablemente a su gobierno, que es el gobierno de todos.

En su discurso de toma de posesión, el señor Álvarez-Cascos anunció que mientras él fuese presidente del Principado todos los ministros del Gobierno presidirían los actos a los que acudieran en esta tierra. Era, como él mismo dijo, más que una deferencia, un gesto de profundo significado político que yo también estoy dispuesto a mantener.
Claridad, siempre.

Para un político fotofóbico, comprenderán que llevo ya mucho tiempo expuesto a los focos. Finalizo, por tanto, mi intervención. Antes quiero aclarar, no obstante, que ese pudor se concilia perfectamente con el amor a la luz plena, a la claridad en las decisiones y en el manejo de los fondos y los asuntos públicos. El parlamento, los medios de comunicación, los sindicatos, los empresarios, los asturianos todos, tienen el derecho y el deber de observar, escrutar y controlar su gobierno. Y al mío le urge la tarea, la inmensa y prometedora tarea de convocarles a todos hacia una Asturias mejor, tan firme en el rumbo como consciente de las dificultades. Un ex presidente socialista, Pedro de Silva, escribió hace años dos consejos para un gobernante. El primero, que no tema  equivocarse. El segundo, “que no se deje atrapar por los vapores de la vieja Asturias, un bálsamo hecho de manías e historias tópicas con efectos narcóticos. Asturias sólo se hace grande cuando se libra de ellos”. Hago míos los consejos y, entre todos, hagamos grande Asturias.

Muchas gracias.

miércoles, mayo 23, 2012

Javier Fernández, nuevo presidente del Principado


El socialista Javier Fernández ha sido elegido hoy nuevo presidente del Gobierno asturiano, cargo en el que sucederá a Francisco Álvarez-Cascos, al obtener la mayoría absoluta en la votación celebrada hoy en la sesión de investidura que se celebra en el Parlamento regional.
Fernández ha sido elegido en primera votación al obtener el respaldo de los 17 diputados de su grupo, de los cinco de IU y del único representante de UPyD en la Cámara asturiana mientras que los parlamentarios de Foro (12) y PP (10) se han abstenido dado que el Reglamento no contempla la posibilidad de votar en contra de la investidura.
 
El dirigente socialista (Mieres, 1948), que se ha convertido así en el séptimo presidente del Principado desde que Asturias celebró sus primeras elecciones autonómicas en 1983, había alcanzado antes de la sesión de investidura acuerdos con Izquierda Unida y con UpYD que garantizaban su elección como jefe del Ejecutivo.
 
El nuevo presidente asturiano, que ostenta además desde el año 2000 la Secretaría General de la Federación Socialista Asturias y preside el Consejo Territorial del PSOE desde su último Congreso, tomará posesión de su cargo el próximo sábado.
 
La sesión de investidura de Fernández se inició ayer cuando se cumplía un año de las elecciones autonómicas que llevaron al poder a Foro Asturias, la formación creada por Francisco Álvarez-Cascos tras su salida del PP después de 34 años de militancia y con la que entonces obtuvo 16 diputados frente a 15 del PSOE lo que le permitió gobernar en minoría aún sin alcanzar acuerdos con los populares.
 
Poco más de seis meses después de tomar posesión, Cascos decidió disolver el Parlamento regional y convocar elecciones anticipadas, las primeras en la historia de Asturias, en las que los socialistas fueron de nuevo la fuerza más votada, pero lograron cinco escaños de ventaja sobre Foro y siete sobre el PP.
 
Dichos comicios se celebraron el pasado 25 de marzo y la Junta General de la novena legislatura autonómica no se constituyó hasta el pasado 27 de abril después de que Foro interpusiera varios recursos que llegaron hasta el Tribunal Constitucional por supuestas irregularidades en el voto de los emigrantes.
 
Una vez que el alto tribunal determinó que el escaño en disputa era para los socialistas, lo que les permitía sumar la mayoría absoluta junto a IU y UPyD, el candidato socialista cerró con ambos partidos los acuerdos que garantizaban su investidura.
 
Tras ser investido presidente entre aplausos de los grupos que han apoyado su candidatura, Fernández se ha dirigido a la Cámara para agradecer la "cooperación y colaboración" mostrada durante la sesión que se ha mostrado convencido de que se mantendrá a partir de su toma de posesión como jefe del Ejecutivo.
 
El nuevo presidente ha apuntado además que en esta intervención le hubiera gustado informar de la composición de su Gobierno, pero que no podía hacerlo "por razones obvias" dado que PSOE e IU mantienen aún abiertas negociaciones para la posible incorporación de la coalición al Ejecutivo autonómico.