martes, junio 26, 2007




Debemos caminar a la Laicidad total

Ahora es el momento de plantarle cara a las iglesias y a las distintas religiones. España debe avanzar ahora hacia el laicismo. Las religiones solo sirven para cubrir con supersticiones lo que antes la ciencia y la filosofía no habían estudiado, pero actualmente, realmente desde hace siglos, estamos preparados para eliminar el yugo al que las diferentes religiones nos someten.
El actual posicionamiento de la iglesia católica ante la asignatura de “educación para la Ciudadanía” es por lo menos una postura diabólica. La actual cúpula cristiana esta corrupta de los más oscuros deseos de poder y de control de los españole. La iglesia cristiana es hoy más que nunca una iglesia diabólica. Las medidas de la iglesia católica actualmente no solo son religiosas sino política, políticas de derechas, ultra conservadores.
Por eso el gobierno debería eliminar la enseñanza de religión, de cualquiera que sea la religión enseñada. Los colegios y los institutos no pueden ser lugares de culto y adoctrinamiento religioso. No estoy en contra de las creencias religiosas, pero considero que las creencias son algo del círculo privado.
No a las religiones en la esfera publica.

Un saludo Socialista

1 comentario:

Pedro dijo...

La religión debe desaparecer del ámbito público porque en la educación pública sólo deben pertenecer aquellos valores éticos consensuados, aceptados en las leyes internacionales y no los valores que aceptan unos y otros no.
La religión tiene derecho a existir pues somos seres mortales que necesitamos buscar el sentido de nuestra vida pero no debe de imponerse al resto de la sociedad como un deber sino como un derecho de cada cual. La sociedad democrática debe ser laica y la religión debe pertenecer al ámbito privado.
La objeción más inteligible contra Educación para la ciudadanía viene a ser que el Estado no debe pretender educar a los neófitos en cuestiones morales porque ésta es una atribución exclusiva de las familias. Como ha dicho monseñor Rouco, la asignatura culpable no formaría a los estudiantes, sino que les transmitiría "una forma de ver la vida", que abarcaría "no sólo el ámbito social, sino también el personal". Francamente, no me resulta fácil imaginar una formación educativa que no incluya una forma de ver la vida, ni una educación de personas que omita mencionar la relación entre la conciencia de cada cual y las normas sociales que comparte con su comunidad. Pero de lo que estoy convencido es de que la enseñanza institucional tiene no sólo el derecho sino la clarísima obligación de instruir en valores morales compartidos, no para acogotar el pluralismo moral, sino precisamente para permitir que éste exista en un marco de convivencia.
Los padres de cierta ortodoxia pueden enseñar a sus hijos que la homosexualidad es una perversión y que no hay otra familia que la heterosexual; la escuela debe informar alternativamente de que tal "perversión" es perfectamente legal y una opción moral asumible por muchos, con la que deben acostumbrarse a convivir sin hostilidad incluso quienes peor la aceptan.
Es rotundamente falso que la moral sea un asunto estrictamente familiar: no puede serlo, porque nadie vive solamente dentro de su familia, sino en la amplia interacción social, y no serán sólo sus parientes quienes tengan que soportar su comportamiento.
Resulta verdaderamente chocante que el PP considere la Educación para la Ciudadanía un instrumento doctrinal que sólo puede beneficiar al Gobierno. Deberían ser los más interesados en preparar futuros votantes bien formados e informados que no cedan a seducciones demagógicas.