Hace ya 70 años que los españoles perdimos a uno de los mayores estadistas de nuestra historia, el presidente republicano D. Manuel Azaña; se podrían decir muchas cosas sobre este republicano y al final llegaríamos a la conclusión de que es unos de los creadores de la España que nosotros disfrutamos, fue él con la ayuda de muchos entre ellos los socialistas los que generaron el caldo de cultivo para tener hoy una democracia solida, a pesar de los 40 años de paréntesis.
D. Manuel era un republicano, de clase acomodada que se acerco a los más desfavorecidos e intento una revolución silenciosa y efectiva de la mano de los movimientos obreros. Un castellano de pura cepa que nunca desprecio los sentimientos nacionalistas, no en vano impulso el estatuto de Cataluña y en un enfrentamiento dialéctico con el filosofo Ortega y Gasset, en el parlamento, venció y convenció.
Tan seguro estaba de su idea de España que nunca comprendió el golpe de estado del 36, intentando estructurar la república cuando otros se afanaban en una revolución pendiente. Un no de los detalles más curiosos y tristes de su vida fue que en sus últimos tiempos en el exilio, apartado de cualquier órgano de decisión republicano, deambulaba por los pasillos de la casa de Montauban (Francia) pidiendo amparo y auxilio para los ancianos, niños y mujeres de España.
1 comentario:
Gran Orador y político al que no se le ha hecho la justicia merecida, entendío a España por encima de cualquier otra miopía política y participó junto con los socialistas en el asentamiento de la base de lo que hoy es nuestro Estado de Bienestar.
Pelayo García
elcuedernodepelayo.blogspot.com
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